viernes, 27 de febrero de 2015

Fuiste la casualidad planificada de antemano mejor escrita.
El verso libre encerrado entre las rejas de mis párpados vacíos.
La caída al precipicio, sin cuerda de seguridad que sujetase tu vértigo.

Tu miedo a las alturas era mi mejor elixir por las noches:
Siempre preferiste las operaciones puesta a tierra.

El equilibrio que defendías en las trincheras de mi espalda, acababa produciendo un conflicto con mi vientre.
Acordamos tregua, por debajo de mi ombligo.

Me mirabas, solo después de cada calada, sonriendo a las almas que reflejaban cada azulejo pisado por mis pies descalzos.

Dijiste: nunca pierdas tu sonrisa de guerrera. Con ella (y por ella) no pararán de luchar por ti.

Hasta que disparaste, abriendo sangre en la herida hueca de mi seno.
Estuvo demasiado hendida la cubierta del trecho, para dejar que cicatrizara.

Al final, las horas no esperaron por el tiempo, dejando al instante huérfano de espacio, donde poder detenerse.

jueves, 26 de febrero de 2015

Es muy simple

Chico del sur, quiero volver a verte, ¿sabes?.
Tocaste demasiado en la herida como para dejarla abierta tanto tiempo.
Vuelve, no quiero confundirte con las espinas de la flor que, ahora, nace en la última esquina donde nos besamos.
Vuelve, solo quiero eso.
Luego, ya negociamos el echo de que te vayas.
(Ha sido un placer abrazarte)

domingo, 22 de febrero de 2015

Ya me lo decía mi madre:
"Cría espejos, y te sacarán recuerdos"

Los te quiero en formato "bonita"

Te echo mucho en falta, ¿sabes?
Cada vez que leo tus preocupaciones, me invade una nostalgia de aquellos días que hace meses, que no tenemos.
Ya sé que tal vez, olvidases todo el cariño que podías llegar a tenerme. Ha pasado mucho tiempo y muchas chicas que, seguro, hicieron  que te olvides de mi.
Ya, supongo, que quedas conmigo por obligación y no por gusto.
Si te disgusta la idea de volver a verme a solas, lo siento.
Pero yo, no puedo olvidarlo. El cariño, digo.
Fue tan grande que no entraba en mi cuarto cada vez que volvía al día siguiente de una noche en vela contigo, sin ninguna encendida. (Al menos, no me daba cuenta)
Lo siento, de verdad.
Pero te quiero, o al menos, esa es la sensación.
Espero volver a verte cerca. Que no pasen muchos besos sin tenerte. Y que cuando vuelvas, no te vayas sin el adiós de la última bienvenida.

La "Querida Cenicienta", sigue ignorando la medianoche.

Perdón por haber bailado contigo esta noche, pero es que el
irresistible tacto de tu piel, incitaba mis débiles deseos de tenerte.
Es cierto que en más de una ocasión aproveché para tocarte el culo.
Discúlpame, no pude evitarlo.
Después decidiste dejar de bailar. Conmigo claro, ya que los ojos del resto 
danzaban por los gestos de tu cuerpo.
Sonaron las doce. 
El carrusel que te trajo, hace ya tiempo que se convirtió en calabaza, 
siendo tu zapato de cristal, el último fantasma de la noche.

viernes, 20 de febrero de 2015

Noche 2.

Necesito volver al Parador y pararme frente la fuente.
Tirar una moneda.
Pedir un deseo.
Solo uno.
Volver allí, contigo.
Ver la Luna de Santiago sin nosotros desnudos en la misma cama,
no es lo mismo.

Noche 1.

"Me corro en tu boca y te sabe a café.
Ya te dije que,
conmigo,
te mantendrías despierto."

lunes, 16 de febrero de 2015

Las ordenes no están ordenadas en mi cabeza

Eres mi inspiración expirada en la distancia.
Mi texto sin punto a parte.
Todo el tiempo que queda por recorrer.
La piedra con la que siempre tropiezo y gracias, por estar en mi camino.
Quien refleja en mi reflejo el espejo de aquello ya vivido, y lo que todavía falta por reír.
Con el que sustituí el follar, por hacer el amor.
Aquel que dice basta, cuando sonríe pidiendo más.
Esa persona que manifiesta no creer en la magia, mientras le pide un deseo a la estrella fugaz,
que es lenta pasajera del crucero hacia mis piernas.
El que pide visita guiada cada noche, cuando conoce las salas de memoria.
Y el que nunca se cansa de escuchar mis paranoias, porque hace tiempo que se vino conmigo, al País de las Maravillas.

Cruza la línea.

Este amor caprichoso, que todavía no ha comenzado su historia de dos (pero si con otros.)
Ven a probar cada uno de mis puntos cardinales,
da igual la estación del año,
no importa:
la primavera siempre nos tiene un plan B.
Yo te espero, como siempre, a la hora del cuento (hecha noche) para que me leas como solo tú sabes:
Con tus manos.
Que sabes, son mi mejor marca páginas, y el mayor placer para morir de amor, en ellas.

sábado, 14 de febrero de 2015

Sur y Norte en plena capital

Vivo en un piso de cuarenta metros cuadrados donde las paredes, son cada una de las cubiertas de los libros que he leído. Cada poesía que no he escrito. Cada historia que, todavía, no tuvimos tiempo de vivir.
Te propongo un trato:
Cuando vuelvas, levantaremos un nuevo cuarto para guardar todo regreso tuyo.
Jugando con entretiempos de vuelos inexactos; de reversos de olas del sur en orillas de mi norte.
Porque así, es como te quiero ver siempre. Mojado.
Como los mares que compartimos en distintos puntos geográficos. En dos opuestos puntos cardinales, suspendidos en mi pecho.
Repito, vivo en un piso de cuarenta metros cuadrados, y tiene cojones decir que, sin ti, se hace demasiado eterno el espacio.

domingo, 8 de febrero de 2015

Su manía de echarme de menos, a su manera.

"Hacia tiempo que no tenía un orgasmo visual tan bonito, como lo es ella.
Es mi pequeño desastre, mi juego de sábanas.
Cada noche, marcaba sus dedos sobre mi espalda. Sus uñas clavadas en mi cadera, 
mientras ocultaba su rostro salvaje en la duermevela de la cama.
Te dije, que no quería cogerte cariño, que me conozco:
Prefiero no sentir lo que pienso, pensando en lo que podría haber sentido."

Y tenías razón. 
Prefieres la lujuria de la noche repartida, al amor concentrado de mi sexo.
Te quiero, es algo que no puedo negar. 
Y lo siento, pero yo no soy de pelear en ninguna guerra donde la tregua, la tengas con otra.

viernes, 6 de febrero de 2015

Musa de arena.

Ella es mi musa de arena que no derriba el agua, que solo acaricia la espuma.
Es la noche de estrellas, sin luz en mi ventana.
Es una tarde cualquiera, una mañana sin ganas de nada,
con ganas de todo, con ella.
La que me abraza, sin preguntar motivo ni porqué, pero fuerte.
Ella solo me mira. Solo me escucha. Solo me entiende.
Y eso, ya es demasiado.
Ella es mi musa de arena, y ya te dije que este tesoro,
por fortuna,
está en mi tierra.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Tú dices: "Madrid sin ti, no". Yo digo: "Madrid contigo, sí"

Tejió poesía, a varios metros del suelo, en contratiempo de versos.
Vino sin más que con un puñado de folios, y sus ganas de romper con todo.
Tres noches. Ese, fue el número de veces que estuve con ella. A la tercera, se marchó.
A la capital, donde concentrará toda poesía en un vuelo.
Noches de algo más que cerveza y whisky. Con un par de cubos de hielo, por favor:
Que cuanto más frío el tiempo, mejor conservas las horas.
Resguarda la, protege la, no dejes que se marche, Madrid. Pero sobre todo, no tengas miedo. Ella, hace de cada lugar, poema. De cada calle, verso. De cada rincón, hogar.
No dejes que se marche, Madrid, pero espero volver a verla
Porque, mientras la gente le pide deseos a las estrellas fugaces, yo pido el deseo de ver una.
Esa una, será ella.


domingo, 1 de febrero de 2015

Dos nobles reales

Esta noche lloré una lágrima, sólo una lágrima. Y que rápido se hizo río.

En cada uno de sus cursos, nos desembocamos en caudales con tal volumen de orgasmos, que ni el tiempo ni el lugar, fueron determinados.
Fuiste un sueño en mi realidad de pesadillas mundanas. Una esperanza de momentos que no ocurrieron.
El retrato de la primera mañana que miraste mi nombre.

Volvamos a la vega del río donde todo es llano y apto para cultivarnos. No tengas miedo si somos dos corrientes que fluyen en direcciones opuestas, porque al final toda corriente se junta, se mezcla, y forma un torbellino de tiempo, enfermedad y cura.

Al borde de un precipitado de versos.

Sólo quiero vivir el momento a tu lado.
Disfrutar de cada beso de tus labios en los míos.
Que cuando dejes de besar los, subas y nos sonriamos mirándonos a los ojos, como hicimos la primera vez;
como haremos todas las primeras veces. 
Siempre ocurre:
Preparamos la guerra cuando no hay armas de por medio. Y mucho menos ropa.
Y yo, fui la única soldado en esta guerra iniciada por mi.

Cuando una puerta se cierra, la ventana de mi habitación se abre, recuerda lo.

Sé que es difícil creer, pero aquella noche, nadé en un mar de poesía.
No hubo lluvia. No hubo gente. No hubo ruido.
O al menos, no nos dimos cuenta de ello.
¿Se puede llamar amor, a luchar para proteger lo que es importante para ti?
¿Se puede querer, cuando no sabes definir "sentimiento"?
Ciertamente, no lo sé.
Sólo sé, que a mi me gusta jugar; que para él la vida es un juego.
Y tiene todo el tiempo del mundo para ganarlo.

Bien follado, el mundo duele menos.

Tanto poeta anónimo y versos sin un lugar 
concreto,
escondidos bajo la bragueta de algún joven
borracho del deseo de tenerla, siguiendo
cada noche las estrofas del verano, acercándose
un poco más a sus sábanas blancas de sueños
de invierno; cubiertas por el cálido amago de
las nubes grises que anuncian tormenta de orgasmos,
en un frío colchón de estepa.

Blanca, como la nieve.
¿Lo recuerdas? Bajamos del coche y allí estabas,
el leve fluir del rocío congelándose 
en las hojas del asfalto.
Fui capaz de cogerla. 
Me recordó tanto a ti:
Sin más cuerpo que la fragilidad del mismo.
Tan cristalina...
Te fuiste derritiendo entre mis dedos,
dejando el helado rastro de tu agua sobre las palmas.
Conservé aquella sensación, hasta llegar a casa.

Calenté café y me senté. Una vez con él entre mis manos, noté como desaparecías. 
Te difuminaste tan aprisa.

¿Curioso, verdad? Todo difiere tanto.
No hay dos copos de nieve iguales, pero sí en semejanza de impurezas.
Encontrarlo, no es fácil. Pero una vez ahí, de frente, ves como encajas. 
Contigo.
Como los dos bordes de la cama en una sola manta, con la que nos tapamos la última noche.
La diferencia, es que nuestra manta, era tu abrazo; y el último ciclo lunar
irrumpió nuestra histeria y pasión del desnudo.
Tan bonito. Tan íntimo y poco dicho. Todo desnudo queda más bonito, ¿no creéis?

La literatura, la poesía, la naturaleza, el mar, el cielo, tú.

Cuando comprendas eso, dejarás de ser nadie en la nada, para ser nadie en la gente.
Mientras tanto, yo volveré a verte en el asfalto, volveré a tocarte y dejarte desaparecer, por otro instante.

Al menos, hasta que vuelva a tomar café.