viernes, 18 de septiembre de 2015

Velas, y otras formas de oxígeno.

Me he despertado pensando en ti, preguntándome: 
¿cómo puedo tener tanta suerte, 
si tan siquiera he construido en alguien un recuerdo, 
que merezca la pena conservar?
Después, he recordado tu sonrisa. 
Esa media luna que sonríe, hasta en los días más grises. 
Y qué bien te sienta el cielo.
Cualquier palmo, por debajo de ti, se siente eterno.
Cualquier tramo, por encima de ti, ni si quiera existe.
Eres lo más parecido a la increíble imperfección que, 
un día, 
todos quisimos alcanzar.
Tú, lo has conseguido.
Y sé, 
que tal vez no sea la mejor manera de decir felicidades,
por añadir una vela más,
al maravilloso curso de tu vida.
Pero ya me conoces: 
me pongo nerviosa a la hora de expresar mis sentimientos.
Llegan de golpe y yo, 
nunca tengo la defensa preparada para tanta guerra.
Y seamos sinceras. 
Adoro todas tus batallas y treguas, 
con cervezas de por medio.
Todos los puntos de sutura que pusiste, 
alrededor de cada una de mis heridas.
Y sobre todo, lo más importante.
Te quiero a ti.
Por  favor, 
nunca dejemos de tomarnos una certeza, 
por miedo a la borrachera de después.
Ni dejemos de buscar la belleza entre silencios, 
con reverberación en nuestras mentes.

Por último, que espero, nunca olvides.

viernes, 21 de agosto de 2015

Infancias en fuentes de la capital.

Todavía no lo entenderás.
Para ti, el agua sigue siendo un espejo húmedo
con similitud de lágrima.
Caes en asfalto, tierra, playa o pradera
y ni siquiera necesitas preguntarte
el porqué
si sabes el camino,
vuelves a tropezar.
Sin embargo, sigues siendo sonrisa.
Mientas, mantienes un tiempo de espera con el suelo porque,
dices,
le has cogido cariño;
y estás harta de que la gente lo pise,
sin tan siquiera abrazarlo,
una sola vez.

lunes, 10 de agosto de 2015

Con el tiempo, fui aprendiendo a disimular el llanto.
Transformar la tristeza en sonrisa desnuda.
Cabalgar entre pestañas enredadas en el espejo.
Reflejar el cimiento firme de mi más sutil esqueleto.
Borrar resquicios de tierra en mi mente.
Barrer cualquier mar.
Ser paisaje de arena mojada.
Cumbre de un cínico abismo.
Toda tormenta que decida ser nieve interna, en ti.
En tu leve sonrisa de media luna borracha de ausencia.
De memoria.
De recuerdo alimentado por horas.
Que ya no están.
Siendo presente.
Regalo.
Cariño.
Vuelve volando sin alas de prosa y verso.
Sin ganas de ser despedida.
(Nunca sin ganas de)
Rozando los bajos de las nubes,
con el suave tacto de tu pecho.
Perdiendo los sentidos,
por el más mínimo sentido de tenerte.

Tres besos, futuro.
Se bienvenido a las puertas de mi sueño.

viernes, 24 de julio de 2015

Hoy ha vuelto a subir la marea. 
El mar estaba con ese tipo de calma que, a veces, 
decide tomar las riendas de cualquier playa.
Me senté en la orilla con la esperanza de que subieras, y me llevaras contigo. 
Pero no fue así. 
Sin embargo, llevo los pies mojados y la mente descalza. 
He decidido volar al raso del suelo. 
Tal vez así, recuerde los pasos que diste antes de marchar. 
De cortar por lo sano y dejarme enferma de ausencia. 
De olvidar quien fui cuando te miré aquella noche, recordando lo que me enseñaste a ser. 
Cómo me enseñaste a querer,
sin importar los charcos que pise por el camino de vuelta hacia el presente. 
Sin el “tenerte a ratos sinceros”. 
Con la persistencia de borrarte, siendo tinta en mi piel. 
Puede que esta, solo sea una imagen pintada en un muro de ladrillo. 
El miedo, que estás dispuesto a empeñar por “no volver a verme”. 
La captura de la primera emoción que sentí, cuando dije tu nombre. 
El amar de canto, si decides jugar nuestro amor a suertes.  
Tal vez deba ser así. Tal vez, nunca debió de ser. 
Tal vez nunca ha ocurrido, 
y todo sea un sueño del que me mantengo despierta, por si algún día, ya sabes…

martes, 7 de julio de 2015

No quiero perder esta partida.
La apuesta es demasiado alta como para retirar mi mano
de la tuya
De cualquier palma que roce tu nuca
con mis labios.
Ante cualquier beso al ronquera propongas en noches de resaca.
Recordando la nostalgia del moderno paso doble que inventamos en la individual cama de aquel hotel.
Que nos escribió durante cinco noches
a través de otros cuerpos que disfrutaron de la ausencia.
Que ya no observa, si no es tu calma.
Que ya no alcanza, si no es distancia.
Que ha decidido volver al reverso de la portada para recordar su nombre.
A sabiendas de que todo se ha hecho ceniza y tinta, en el último amanecer de luna.

lunes, 15 de junio de 2015

Los demonios que van contigo

No intentes excusarme.
Explícate con gestos.
Engáñate con momentos.
Enamórate con recuerdos.
No desprecies a la sombra que va contigo.
Ella dará un paso en falso por delante de ti, siempre.
Deshará las huellas de señal al cielo con las que proclamas tu superioridad.
Será la encargada de cubrir tus pasados.
Ni siquiera su oscuridad podría tapar todas tinieblas
No eres más que un extraño en el espejo de asfalto y tinta.
Reseca de resacas de versos.
Cubierta de libros con historias en blanco y negro que, un día, tuvieron el color de las estrellas en pleno amanecer lunar.
Cuando decidas caerle encima, recuerda que ella sabe que has caminado por encima de posibles.

viernes, 5 de junio de 2015

Pequeño escondite inglés (texto escrito con 10 años, y sigue siendo flor y espina)

Un toque de queda y cuenta pendiente.
Sin mirar, sigue hablando contra el muro.
diez, nueve, ocho...
Repito, sin mirar, cuenta el tiempo sobre el reloj de arena. 
Entre los dedos. Frente mis palmas.
Como castillo en playa desierta.
Como orilla rompiendo puertas en cristal de mala suerte.
Siete años con siete vidas negras.
seis, cinco, cuatro...
Doble o nada.
Tira, suerte y avanza si puedes.
Junto a ti, el tiempo se vuelve tierra seca.
Junto a mi, la ceniza se vuelve aroma de descanso.
Ya no hay marcha atrás. Tira y suerte.
Gira con todo recuerdo.
tres, dos, uno...
El blanco vestido y tú allí, sonriendo con la muerte a tu espalda.
El blanco hospital y tú, siendo sábana de cualquier enfermo.
El negro mirar y yo, hundida entre cataratas de espuma y entendimiento.
Avanza, sin quitar la vista del muro.
Avanza. 
Nunca dejes de avanzar.
(quien no se haya escondido ya, pierde) 
Y perdí. La lucha y batalla.
Perdimos entre trincheras.
Aún a final de camino, sonreías con la muerte.
Gracias por tus victorias, promesas de beso y despedida.
Gracias por ser, abuela; seguir e impedir que dejará de avanzar. 
Nos veremos entre momentos y recuerdos.
Entre sueños y prados en creciente pesadilla.

domingo, 31 de mayo de 2015

Generaciones de tierras hundidas.

Lluvia a plomo a pecho des-cubierto
de asfalto y lodo
Tierra yerma del cariño que no dimos
dando cuenta y propina a medias
caídas en suelos, cubiertos de camino.
De aquel, que a espaldas del futuro
nos rendimos ante el pasado "caprichoso"
del volver a ser.
Mi batería está llena de momentos
que, poco a poco, se van diluyendo
en un mar de azufre y destierro.
Profunda marea de una barra
exenta de argumentos.
Solo podrá eximirse aquel que
no se hunda en el charco cubierto de arena.
Aquel que deje sangrar sus rodillas
sin vergüenza de ser el único
arrodillado sobre la tierra.
Que es madre de toda hilaridad.
Abuela de toda condena.
Ellas, ya pasaron por guerras.
Saben lo que es quemarse en plena noche
y conservar las cenizas.
Que tiemblen sus pies descalzos
ante un suelo mojado de espuma
a pie de playa.
De seguir cerrando los ojos
ante todo ataque descontrolado.
Y sonreír ante necios que creen que pronto,
habrá acabado.



viernes, 29 de mayo de 2015

Esa fue el verdad.
O la mentira.
O, tal vez, el valor del que jamás te desprendes,
hasta romperlo por completo.
hasta romperte.
dejando caer las piezas del vaso
a medias en el que siempre tuve miedo a nadar
si no era contigo.
Le diste vida a mis suicidios,
arrancando toda soga al cuello que imponía.
Me enseñaste el sabor de los abrazos.
los diferentes tonos de la confianza
en los demás.
la peculiaridad del confiar en ti mismo
de sonreír a cualquier ataque
y llorar ante todo pronóstico de tormenta.
Nunca te asustó la lluvia
decías que era la mejor pista en la que podía bailar.
"Si te gusta bailar, baila.
Si quieres cantar, desafinaré contigo.
nunca intentes cambiar tu cobardía ante los valientes.
Son ellos los que tienen miedo, los que piensan antes de abortar
sin tan siquiera actuar en mitad del escenario"
Eres piedra, tropiezo y camino.
No te hizo falta distancia para alcanzarme,
y aún así, decidí declarar final terminal.
Esto no es un "perdón"
es un gracias por años.
Recuerda nunca perder tu sonrisa de guerrera.
con ella o por ella, nunca dejarán de luchar por ti.

martes, 5 de mayo de 2015

Un número que grita "suerte" el día que nos conocimos, re-encontrado en una ciudad carente de orilla.
Oí de lejos a las sirenas cantar.
Intenté huir de un mar del que sabía,
me iba a ahogar.
Y mírame,
sin hacer pié y flotando entre espuma, sobrevivo a este huracán de casualidades.
Que no tiene más que un ojo en calma.
Que el otro, revoluciona a cualquiera que proclame guerra,
queriendo ser paz entre trincheras.
Es que solo con sumergir mi cabeza entre tus piernas, ya es señal de bandera roja en cada arena.
En cada playa.
En cada tierra.
Que pisen las firmas de los pasos del ayer.
Que borren las huellas escritas del mañana.
Que yo, sigo tropezando con la misma piedra, sin conseguir avance ni premio.
Sin conseguir si quiera, consolación en el intento.
Pero desde hace un tiempo sé, que no me hace falta sabor en el recuerdo.
Que con el mínimo roce, dura y forma un antojo en mi piel, haciendo del momento un mapa, donde volver a vernos.

miércoles, 22 de abril de 2015


Creemos en los vértigos de invernadero.
En los miedos libres y manos atadas.
En las cuerdas por seguridad de que algún día, podamos caernos.

De todos aquellos precipicios que tenemos a dos puertas de distancia para abrirnos.
o cualquier manera absurda que tengas de borrarme la fecha de caducidad
que impuse el verano que nos conocimos.

Al final resulta que duramos más inviernos en primavera de lo que jamás hubiesen creído las suicidas hojas del otoño.

Pisamos aceras vestidas de noche en pleno día.

Y nosotros pensando que éramos eclipse marino.
Espuma y marea.
Orilla profunda de todo charco de lluvia.

Madrid sigue echándonos distancias encima sin necesidad de corrernos por carretera.
con necesidad de apagar cualquier cartel que diga "habitaciones libres"

Seguiré creyendo en tus tronos de princesa, en tus salas de emergencia, en cuando hacemos chispas sin llegar a ser llama.

Seguiré creyendo en todo aquello que griten tus púpilas aunque no sonrían a mis ojos.

sábado, 18 de abril de 2015

hace mucho que tengo guardada
la ruleta rusa del amor
por si algún día decidías
volver a disparar
Siempre espere el momento exacto
para quitarla del desván 
y desempolvar toda herida 
que dejaste sin cubrir. 
pero es curioso, como en toda ruleta,
difieren tanto jugador y premio
partida y ganancia
derrota y quiebra
Y es que encontré, en mi herida,
a quien jamás creí que habitaría en ella
mi mejor amigo, mi némesis,
mi desesperación y mi paciencia
mi filtro estropeado, mi buena costumbre
mi primera impresión que quedó grabada en beso
mi increíble imperfección
la constancia del deseo, de no querer soñar
asi que gracias
por todo
si no hubiera sido por ti
no tendría conmigo a quien consigue de mi
la parte completa.

lunes, 13 de abril de 2015

"Son solo tres normas muy sencillas:
Nunca te ocultes.
Nunca te escondas.
Nunca te rindas.
Yo, me encargaré del resto.
Te ayudaré en cada esquina
con la que tropieces para que
vuelques tu cuerpo en mi sonrisa.
Te extirparé la vergüenza
que te anida en el pecho.
A mi hace mucho que me la operaron.
Bordaré tus miedos en estepas blancas de rocío.
Haré que olvides los rincones
donde escribes todos aquellos versos tristes,
sin necesidad de que sea de noche.
Colmaré tus piernas en edificios donde yo,
pueda encargarme de las visitas.
donde yo, tenga el único pase.
Calmaré tu sueño, con pequeños
sustentos de caricias.
Y seguiré escuchando tus "te quiero"
cuando mantengas la voz apagada,
dejando mirada ardiente en mis pupilas"

miércoles, 8 de abril de 2015

El polvo barrido por mi sombra

Que absurdo es todo esto del delirio compartido.
romper esquemas con el solo propósito de encontrarte
en alguno de sus renglones.
nombrar estrellas y beberlas.
que se vuelva rubia mi noche y algo más oscura la cerveza.

Pausar la vida por miedo a perder el silencio a gritos,
que se llevan los vientos de un sur demasiado cercano.
reconocer el sabor de las flores pisadas por otras suelas
que antes, vestían tus zapatos.

Ser molde y arcilla
peregrino amargo del camino a gatas
naufrago perecedero de un tiempo sembrado de infinitos
grafito interno en la tumba viva de mis piernas.
una retahíla de sin secuencias con sentido.
todo ello necesario en tu puzzle de piezas mal descritas.

Sobran primaveras a las que arrancar de raíz
tu increíble imperfección.
mejor cubrirse de inviernos cálidos en los que
la estepa blanca de tu pecho, anide en mis entrañas,
sin necesidad de salir de ellas.

martes, 7 de abril de 2015

Huidas por encima de nuestras posibilidades

"Que te quede clara una cosa: te volveré a ver, y esta vez, no te me escapas"

Simulo tu recuerdo por cada nueve respiraciones. A la décima, te beso.
Y sí, tal vez solo fue una noche en la que, sexualmente, creamos fantasías con las piernas. Pero que bonito derroche de estrellas anidaban en tu espalda.

Corrimos, con paso lento, por las calles de mi ciudad. Hablamos de sur y norte y a mi, me interesaba el este de tu boca. Más concretamente, el sur que baja desde el norte de tu labio, para acechar al oeste de mi nuca.

Hace mucho que tengo la mente en formato aleatorio. De cada dos recuerdos, acecha tu sonrisa quedando, automáticamente, en modo "repetición"

Puede que, cuando encontremos nuestros tiempos en un mismo lugar, impidas mi huida pasajera, pero yo, derribaré cualquier escusa que quiera hacerte marchar. Tenlo claro.

miércoles, 1 de abril de 2015

Corrimos durante varios sueños,
a través prados estériles de pesadillas.
Entramos en cada una de las puertas del infierno
donde nos esperaban con un cartel:
"Saciad la sed de bienvenida"
Tuvimos muchos más minutos
que segundos de recuerdos
y nostalgias inventadas.
Creímos en los cuentos
sin saber leer.
Creímos en la magia,
sabiendo el truco que ocultaba
su manga formada por ases.
Ansiamos las ganas,
cayendo en mantos estrellados.
Vivimos los días,
sin pisar las hojas del calendario:
última fecha, diciembre terminal.

miércoles, 25 de marzo de 2015

La historia de una guerra, que quedó enmarcada.

Recuerdo verla cada día sentada en el mismo banco, a la misma hora y con la misma foto en blanco y negro entre las manos. Día tras día la veía, sin que nada cambiase.
Un día, llegué antes de su hora, sentándome en el mismo banco en el que lo solía hacer ella. 
Llegó, a su hora de siempre, y sostenía la misma foto de días anteriores.
Me atreví a mirarla, solo de reojo y vi que en ella, había impresa una imagen de los dos enamorados más enganchados a la vida que vi jamás.
Ella me observó, y en mitad de una sonrisa con toque de carcajada me dijo: es mi marido, el primer día que decidió marcar el prólogo de nuestra historia.
Le devolví la sonrisa que ella me había regalado, bajando la mirada tímidamente.
Ella, al ver que estaba incómoda, se disculpó: 
Disculpa chiquita, sé que ningún joven quiere escuchar la historia de una anciana que no tiene más que su memoria, y esta foto que siempre lleva consigo
Volví para devolverle, esta vez la disculpa, respondiendo: me encantaría oír tu historia.

Prometo que jamás vi alegría hecha sonrisa más sincera.

Cuando empezó a contarla, podía ver en sus ojos cada imagen que ella contaba:

- Siempre me ha apasionado la música, ¿sabes? Aprendí a tocar el piano desde joven. A partir de esa, nunca dejé de hacerlo.
Mi familia, por aquel entonces, era bastante pobre y mi madre no podía alimentarnos a todos. Era muy creyente, y nos inculcó a todos sus hijos e hijas la religión. Yo nunca estuve de acuerdo con ella, pero la quería, y con eso me bastaba para creer. Cuando tenía más o menos tu edad, mi madre decidió meterme en un convento. 
Sí chiquita sí, aquí donde me ves, fui monja durante un tiempo.
A mi no me gustaba la idea, evidente mente, pero como dije antes la quería, y con eso me bastaba.

Allí comencé con el piano (mostrándome sus manos). Me enseñó la madre superiora, que precisaba de una nueva organista para la iglesia del pueblo. ¡Te prometo que los momentos más felices del día, era cuando notaba el sonido de cada tecla!
Hasta aquel día que, de pronto, apareció él (señaló la foto) y ya, cualquier momento, era válido para sonreír.

Fue a mediados de otoño, cuando en el convento preparábamos los paquetes de comida para enviar a los más necesitados. El ejército siempre enviaba a soldados para que nos trajeran suministros. Aquel día, uno de ellos, resultó ser mi futuro marido.

En mis huecos libres siempre aprovechaba para ir a la sala donde estaba el piano con el que practicaba las piezas y sonetos que más me gustaban. Ese día, tocaba "Claro de Luna"
La puerta estaba entre abierta y llegaron ellos, con los suministros de comida cuando, de pronto, se separó del grupo atraído por la música. Se asomó levemente a la puerta y se mantuvo quieto, hasta que terminé la pieza. Antes de poder levantar si quiera la mirada, mi futuro marido dijo la frase con la que comenzó nuestra historia:
"La Luna escrita en ese soneto, no es comparable a la estrella que están viendo mis ojos"
Asustada, lo miré y supe, en ese preciso instante, que me había enamorado. 

Hablamos durante largo rato, hasta que la madre superiora nos vio, echándole del recinto al instante. 
Tuve que soportar el castigo verbal que, en aquel momento, me soltó a la cara. Al final, me prohibió volver a ver a ese soldado, cada vez que volviera.

Pero, ¿sabes qué? Volvió. Y en cada vuelta, hacia poner del revés mi sonrisa.

Un día, después de varios momentos me dijo, seriamente, que huyera con él. Yo me asusté y no creía que fuese lo correcto. Pero me besó, como solo él sabía, y decidí colgar el hábito y habitar con él en cualquier parte.

En ese momento tuve que preguntar, curiosa: ¿no es obligación estar casada con Dios?
Ella, entre risas, me contestó: Chiquita, las monjas que todavía siguen con el hábito, es que todavía no hicieron el amor como deberían.

Vivimos aventuras extraordinarias. Cuando salimos de allí, lo primero que hicimos, fue irnos a la playa. Allí nos casamos.
(Y en ese momento, me mostró más feliz que nunca, la foto que sostenía entre las manos)
Fuimos de un sitio a otro, viviendo felices y muriendo de amor. A ratos quedaba sola porque él, tenía que volver al cuartel, pero arregló todo para no tener que regresar más, para poder huir siempre conmigo.

Todo era precioso, lo prometo. Hasta que llegó aquella mañana, que hizo que todo a mi alrededor se hiciese de noche.
Le llamaron del cuartel por un cargamento de armas que tenían que almacenar. Como era uno de los veteranos fue allí y comenzó a ordenar todo, junto a otros compañeros novatos que habían ingresado ese año.
Uno de ellos, al almacenar las granadas, soltó una anilla. La explosión fue inminente y las muertes inmediatas. (Ambas comenzamos a llorar)

Desde aquel día, sobreviví de la pensión de viudez y del dinero que ganaba tocando el piano en locales... - 

En ese momento se hizo un silencio eterno entre ambas. Lo rompí, diciendo:

- Supongo que desde esa, queda vivir con su recuerdo. - 
- No chiquita, no te confundas: desde esa no vivo, sobrevivo a la vida.

Llegó la hora de irme y le abracé, dándole las gracias por contarme su historia. Ella, por el contrario, me devolvió el agradecimiento a la vez que decía:

- Eres la primera persona que me ha dejado contar mi historia. Gracias chiquita. -

Cada día, la saludaba con una sonrisa. Hasta que su banco, fue ocupado por otras personas. Extrañada, pregunté por ella. Ellos, con cara de tristeza, me respondieron:

- Murió ayer de un infarto al corazón. Estaba sola en casa y no le dio tiempo a llamar a la ambulancia.-

Lloré desconsolada. Entre lágrimas pregunté: ¿y la foto que siempre sostenía?

- La sostenía en la mano, apretándola fuertemente en el pecho, mientras sufría el paro cardíaco.-

En ese momento solo pude pensar, que dejó de sobrevivir a la vida, para vivir en la muerte, con su amor.

domingo, 22 de marzo de 2015

Fue en aquel día, donde el sol decidió dar más luz que nunca, cuando sentí el primer calor de tu abrazo.
Hace ya un invierno y casi dos veranos del primer encuentro que nos vimos.
Ambos.
Porque al parecer, el primer disparo, lo fijaste tú.
No fue fácil abrirme camino entre tanta espina,
pero al final, logré conocer te.
Tuvo que hacerse la oscuridad para que mostrases un poco de tu luz.
Y qué bonito brillo desprendes..
Los días se fueron corriendo.
Las horas pasaron de nosotros, dejándonos los segundos de miradas y sonrisas que,
confieso,
eran mis mejores momentos del día.
Las noches, sin embargo, se tornaban eternas.

Hasta que cayó aquella tarde donde se hizo mudo el deseo, cuando al fin, me besaste.
Te respondí con una sonrisa involuntaria que quería mostrar te.
Desnuda; sin defensas con las que proteger tus ataques.

Mira, yo no sé hacia donde se dirige esta bala, pero si coincide de camino a casa, recuerda que yo te espero en la cama.

domingo, 15 de marzo de 2015

Las bulerias entre cuerdas de guitarra

Si tengo que quedarme
me quedo con su orgasmo visual y mi espasmo poético.
su danza de "llueve me encima que mañana, dicen, hace bueno."
su arranque de voz sin aliento, quedando a media sonrisa en el intento
su vista, más allá del lenguaje de sexos.
su risa, como clave de sol, para un nuevo soneto.
sus "arrímate, y vamos a corrernos el cuerpo y recorrernos el tiempo."
sus maneras de decirme el modo de ponernos tiernos.
sus intentos de susurro gritando a las estaciones de cada uno de los vientos.

Por eso, te pregunto:
El próximo encuentro, ¿en mis sueños o entre tu infierno de sábanas?

martes, 10 de marzo de 2015

El beneficio de la oscuridad.

Dejaste,
en un principio,
las bases de nuestro acuerdo
en la mesilla de noche
del primer hotel que nos alojó.

Una a una,
me leíste las cláusulas del contrato de arrendamiento,
por el cual una de tus partes,
está obligada a transferir (me)
el uso y goce de la misma.

Hubo un problema: nunca leo la letra pequeña.

Y así fue,
que todo lo dicho,
tenía doble sentido y sentimiento doble.

Que los secretos en guiño a las dos de la mañana,
era solo una manera que tenías
para apuntar en pleno arco de mi pecho.

Que tus lecturas en braille por mis lunares,
no interpretaron bien mis maneras.

Que el mensaje en código morse
que una vez empezaste en mi cintura,
sigue esperando la despedida en mis caderas.

Y es por ello,
el precio que decidí pagar de golpe,
acabé sufriendo lo a plazos.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Se bienvenido

Hace tiempo que no busco rimas en las poesías.
Hace tiempo que mi cuerpo, no protege al invierno del frío.
Hace ya demasiadas estaciones, que la primavera no renueva su traje de noche.
No busques reiteraciones a preguntas inconclusas de motivo.
No busques calma, en situaciones de peligro.
(Los tickets de la hora tienen límite de salida).

Vuelvo a hablar del tiempo, para decir que hace mucho
que no viajo por tus pistas.
Que no sigo tu rastro de caricias.
Que carezco de memoria externa, donde almacenar tus recuerdos.
Que siempre olvidas
Que siempre niegas.
Que siempre invitas a empezar, una vez más.

Adelante, se bienvenido a mi circo de engendros encerrados.
Yo también tengo fantasmas de los que no me desprendo.
No temas, yo seré tu guía en este viaje.
Mientras no vengas, mantendré el cartel de la entrada:
"Lo sentimos, estamos en reformas. Pronto, próxima apertura".

lunes, 2 de marzo de 2015

Se trata de micropoemas y macrorecuerdos.

Recuerda Pandora.
Recuerda la tentación que tienes entre manos.
Abre la tentación, disfruta de su placer.
Nunca temas. Nunca olvides. Arriesga siempre.
Yo estaré contigo.
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Madrid, me he unido a tus carreras y corridas.
A tus huidas sin salida de emergencia.
Sin luces de cruce que interrumpan el camino.

He salido a correrte Madrid.
Vete acostumbrando, que yo por las mañanas,
soy de calentar café y ganas.
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Todos los estudios de geografía, realizando prácticas en mi espalda.
Empezaste por conocer el sur.
Y gracias.
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Bajaste a la cima más alta de mis caderas, ayudado por mi vértebra de flores.
Cubriste una curva de gestos con acordes de sonido.
Allí, clavaste bandera blanca pidiendo paz.
Con lo que nos gusta la guerra...
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viernes, 27 de febrero de 2015

Fuiste la casualidad planificada de antemano mejor escrita.
El verso libre encerrado entre las rejas de mis párpados vacíos.
La caída al precipicio, sin cuerda de seguridad que sujetase tu vértigo.

Tu miedo a las alturas era mi mejor elixir por las noches:
Siempre preferiste las operaciones puesta a tierra.

El equilibrio que defendías en las trincheras de mi espalda, acababa produciendo un conflicto con mi vientre.
Acordamos tregua, por debajo de mi ombligo.

Me mirabas, solo después de cada calada, sonriendo a las almas que reflejaban cada azulejo pisado por mis pies descalzos.

Dijiste: nunca pierdas tu sonrisa de guerrera. Con ella (y por ella) no pararán de luchar por ti.

Hasta que disparaste, abriendo sangre en la herida hueca de mi seno.
Estuvo demasiado hendida la cubierta del trecho, para dejar que cicatrizara.

Al final, las horas no esperaron por el tiempo, dejando al instante huérfano de espacio, donde poder detenerse.

jueves, 26 de febrero de 2015

Es muy simple

Chico del sur, quiero volver a verte, ¿sabes?.
Tocaste demasiado en la herida como para dejarla abierta tanto tiempo.
Vuelve, no quiero confundirte con las espinas de la flor que, ahora, nace en la última esquina donde nos besamos.
Vuelve, solo quiero eso.
Luego, ya negociamos el echo de que te vayas.
(Ha sido un placer abrazarte)

domingo, 22 de febrero de 2015

Ya me lo decía mi madre:
"Cría espejos, y te sacarán recuerdos"

Los te quiero en formato "bonita"

Te echo mucho en falta, ¿sabes?
Cada vez que leo tus preocupaciones, me invade una nostalgia de aquellos días que hace meses, que no tenemos.
Ya sé que tal vez, olvidases todo el cariño que podías llegar a tenerme. Ha pasado mucho tiempo y muchas chicas que, seguro, hicieron  que te olvides de mi.
Ya, supongo, que quedas conmigo por obligación y no por gusto.
Si te disgusta la idea de volver a verme a solas, lo siento.
Pero yo, no puedo olvidarlo. El cariño, digo.
Fue tan grande que no entraba en mi cuarto cada vez que volvía al día siguiente de una noche en vela contigo, sin ninguna encendida. (Al menos, no me daba cuenta)
Lo siento, de verdad.
Pero te quiero, o al menos, esa es la sensación.
Espero volver a verte cerca. Que no pasen muchos besos sin tenerte. Y que cuando vuelvas, no te vayas sin el adiós de la última bienvenida.

La "Querida Cenicienta", sigue ignorando la medianoche.

Perdón por haber bailado contigo esta noche, pero es que el
irresistible tacto de tu piel, incitaba mis débiles deseos de tenerte.
Es cierto que en más de una ocasión aproveché para tocarte el culo.
Discúlpame, no pude evitarlo.
Después decidiste dejar de bailar. Conmigo claro, ya que los ojos del resto 
danzaban por los gestos de tu cuerpo.
Sonaron las doce. 
El carrusel que te trajo, hace ya tiempo que se convirtió en calabaza, 
siendo tu zapato de cristal, el último fantasma de la noche.

viernes, 20 de febrero de 2015

Noche 2.

Necesito volver al Parador y pararme frente la fuente.
Tirar una moneda.
Pedir un deseo.
Solo uno.
Volver allí, contigo.
Ver la Luna de Santiago sin nosotros desnudos en la misma cama,
no es lo mismo.

Noche 1.

"Me corro en tu boca y te sabe a café.
Ya te dije que,
conmigo,
te mantendrías despierto."

lunes, 16 de febrero de 2015

Las ordenes no están ordenadas en mi cabeza

Eres mi inspiración expirada en la distancia.
Mi texto sin punto a parte.
Todo el tiempo que queda por recorrer.
La piedra con la que siempre tropiezo y gracias, por estar en mi camino.
Quien refleja en mi reflejo el espejo de aquello ya vivido, y lo que todavía falta por reír.
Con el que sustituí el follar, por hacer el amor.
Aquel que dice basta, cuando sonríe pidiendo más.
Esa persona que manifiesta no creer en la magia, mientras le pide un deseo a la estrella fugaz,
que es lenta pasajera del crucero hacia mis piernas.
El que pide visita guiada cada noche, cuando conoce las salas de memoria.
Y el que nunca se cansa de escuchar mis paranoias, porque hace tiempo que se vino conmigo, al País de las Maravillas.

Cruza la línea.

Este amor caprichoso, que todavía no ha comenzado su historia de dos (pero si con otros.)
Ven a probar cada uno de mis puntos cardinales,
da igual la estación del año,
no importa:
la primavera siempre nos tiene un plan B.
Yo te espero, como siempre, a la hora del cuento (hecha noche) para que me leas como solo tú sabes:
Con tus manos.
Que sabes, son mi mejor marca páginas, y el mayor placer para morir de amor, en ellas.

sábado, 14 de febrero de 2015

Sur y Norte en plena capital

Vivo en un piso de cuarenta metros cuadrados donde las paredes, son cada una de las cubiertas de los libros que he leído. Cada poesía que no he escrito. Cada historia que, todavía, no tuvimos tiempo de vivir.
Te propongo un trato:
Cuando vuelvas, levantaremos un nuevo cuarto para guardar todo regreso tuyo.
Jugando con entretiempos de vuelos inexactos; de reversos de olas del sur en orillas de mi norte.
Porque así, es como te quiero ver siempre. Mojado.
Como los mares que compartimos en distintos puntos geográficos. En dos opuestos puntos cardinales, suspendidos en mi pecho.
Repito, vivo en un piso de cuarenta metros cuadrados, y tiene cojones decir que, sin ti, se hace demasiado eterno el espacio.

domingo, 8 de febrero de 2015

Su manía de echarme de menos, a su manera.

"Hacia tiempo que no tenía un orgasmo visual tan bonito, como lo es ella.
Es mi pequeño desastre, mi juego de sábanas.
Cada noche, marcaba sus dedos sobre mi espalda. Sus uñas clavadas en mi cadera, 
mientras ocultaba su rostro salvaje en la duermevela de la cama.
Te dije, que no quería cogerte cariño, que me conozco:
Prefiero no sentir lo que pienso, pensando en lo que podría haber sentido."

Y tenías razón. 
Prefieres la lujuria de la noche repartida, al amor concentrado de mi sexo.
Te quiero, es algo que no puedo negar. 
Y lo siento, pero yo no soy de pelear en ninguna guerra donde la tregua, la tengas con otra.

viernes, 6 de febrero de 2015

Musa de arena.

Ella es mi musa de arena que no derriba el agua, que solo acaricia la espuma.
Es la noche de estrellas, sin luz en mi ventana.
Es una tarde cualquiera, una mañana sin ganas de nada,
con ganas de todo, con ella.
La que me abraza, sin preguntar motivo ni porqué, pero fuerte.
Ella solo me mira. Solo me escucha. Solo me entiende.
Y eso, ya es demasiado.
Ella es mi musa de arena, y ya te dije que este tesoro,
por fortuna,
está en mi tierra.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Tú dices: "Madrid sin ti, no". Yo digo: "Madrid contigo, sí"

Tejió poesía, a varios metros del suelo, en contratiempo de versos.
Vino sin más que con un puñado de folios, y sus ganas de romper con todo.
Tres noches. Ese, fue el número de veces que estuve con ella. A la tercera, se marchó.
A la capital, donde concentrará toda poesía en un vuelo.
Noches de algo más que cerveza y whisky. Con un par de cubos de hielo, por favor:
Que cuanto más frío el tiempo, mejor conservas las horas.
Resguarda la, protege la, no dejes que se marche, Madrid. Pero sobre todo, no tengas miedo. Ella, hace de cada lugar, poema. De cada calle, verso. De cada rincón, hogar.
No dejes que se marche, Madrid, pero espero volver a verla
Porque, mientras la gente le pide deseos a las estrellas fugaces, yo pido el deseo de ver una.
Esa una, será ella.


domingo, 1 de febrero de 2015

Dos nobles reales

Esta noche lloré una lágrima, sólo una lágrima. Y que rápido se hizo río.

En cada uno de sus cursos, nos desembocamos en caudales con tal volumen de orgasmos, que ni el tiempo ni el lugar, fueron determinados.
Fuiste un sueño en mi realidad de pesadillas mundanas. Una esperanza de momentos que no ocurrieron.
El retrato de la primera mañana que miraste mi nombre.

Volvamos a la vega del río donde todo es llano y apto para cultivarnos. No tengas miedo si somos dos corrientes que fluyen en direcciones opuestas, porque al final toda corriente se junta, se mezcla, y forma un torbellino de tiempo, enfermedad y cura.

Al borde de un precipitado de versos.

Sólo quiero vivir el momento a tu lado.
Disfrutar de cada beso de tus labios en los míos.
Que cuando dejes de besar los, subas y nos sonriamos mirándonos a los ojos, como hicimos la primera vez;
como haremos todas las primeras veces. 
Siempre ocurre:
Preparamos la guerra cuando no hay armas de por medio. Y mucho menos ropa.
Y yo, fui la única soldado en esta guerra iniciada por mi.

Cuando una puerta se cierra, la ventana de mi habitación se abre, recuerda lo.

Sé que es difícil creer, pero aquella noche, nadé en un mar de poesía.
No hubo lluvia. No hubo gente. No hubo ruido.
O al menos, no nos dimos cuenta de ello.
¿Se puede llamar amor, a luchar para proteger lo que es importante para ti?
¿Se puede querer, cuando no sabes definir "sentimiento"?
Ciertamente, no lo sé.
Sólo sé, que a mi me gusta jugar; que para él la vida es un juego.
Y tiene todo el tiempo del mundo para ganarlo.

Bien follado, el mundo duele menos.

Tanto poeta anónimo y versos sin un lugar 
concreto,
escondidos bajo la bragueta de algún joven
borracho del deseo de tenerla, siguiendo
cada noche las estrofas del verano, acercándose
un poco más a sus sábanas blancas de sueños
de invierno; cubiertas por el cálido amago de
las nubes grises que anuncian tormenta de orgasmos,
en un frío colchón de estepa.

Blanca, como la nieve.
¿Lo recuerdas? Bajamos del coche y allí estabas,
el leve fluir del rocío congelándose 
en las hojas del asfalto.
Fui capaz de cogerla. 
Me recordó tanto a ti:
Sin más cuerpo que la fragilidad del mismo.
Tan cristalina...
Te fuiste derritiendo entre mis dedos,
dejando el helado rastro de tu agua sobre las palmas.
Conservé aquella sensación, hasta llegar a casa.

Calenté café y me senté. Una vez con él entre mis manos, noté como desaparecías. 
Te difuminaste tan aprisa.

¿Curioso, verdad? Todo difiere tanto.
No hay dos copos de nieve iguales, pero sí en semejanza de impurezas.
Encontrarlo, no es fácil. Pero una vez ahí, de frente, ves como encajas. 
Contigo.
Como los dos bordes de la cama en una sola manta, con la que nos tapamos la última noche.
La diferencia, es que nuestra manta, era tu abrazo; y el último ciclo lunar
irrumpió nuestra histeria y pasión del desnudo.
Tan bonito. Tan íntimo y poco dicho. Todo desnudo queda más bonito, ¿no creéis?

La literatura, la poesía, la naturaleza, el mar, el cielo, tú.

Cuando comprendas eso, dejarás de ser nadie en la nada, para ser nadie en la gente.
Mientras tanto, yo volveré a verte en el asfalto, volveré a tocarte y dejarte desaparecer, por otro instante.

Al menos, hasta que vuelva a tomar café.