sábado, 14 de febrero de 2015

Sur y Norte en plena capital

Vivo en un piso de cuarenta metros cuadrados donde las paredes, son cada una de las cubiertas de los libros que he leído. Cada poesía que no he escrito. Cada historia que, todavía, no tuvimos tiempo de vivir.
Te propongo un trato:
Cuando vuelvas, levantaremos un nuevo cuarto para guardar todo regreso tuyo.
Jugando con entretiempos de vuelos inexactos; de reversos de olas del sur en orillas de mi norte.
Porque así, es como te quiero ver siempre. Mojado.
Como los mares que compartimos en distintos puntos geográficos. En dos opuestos puntos cardinales, suspendidos en mi pecho.
Repito, vivo en un piso de cuarenta metros cuadrados, y tiene cojones decir que, sin ti, se hace demasiado eterno el espacio.

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