martes, 7 de julio de 2015

No quiero perder esta partida.
La apuesta es demasiado alta como para retirar mi mano
de la tuya
De cualquier palma que roce tu nuca
con mis labios.
Ante cualquier beso al ronquera propongas en noches de resaca.
Recordando la nostalgia del moderno paso doble que inventamos en la individual cama de aquel hotel.
Que nos escribió durante cinco noches
a través de otros cuerpos que disfrutaron de la ausencia.
Que ya no observa, si no es tu calma.
Que ya no alcanza, si no es distancia.
Que ha decidido volver al reverso de la portada para recordar su nombre.
A sabiendas de que todo se ha hecho ceniza y tinta, en el último amanecer de luna.

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